Según me cuentan , la comida celebrada a principios del 1900 por una peña de amigos intelec -
tuales , transcurría con conversaciones a la altura del nivel de tan doctas mentes .
Finalizada la misma , llegaron los licores y refinados hábanos que propiciaron que envalento -
¡ Señores... ¡ , ¿ que fue antes , el tornillo o el destornillador... ? .
Que pregunta que me has hecho , que dolor , que dolor , que preg...
Relatos de testigos presenciales , describen escenas , dignas de las mejores películas de los
hermanos Marx , con chaquetas fuera y camisas desabrochadas y enfrentamientos verbales
muy elaborados , tipo... ¡ usted no sabe con quien está hablando caballero ¡ .
Observando el cariz que adquiría aquel escenario , en el que uno de los participantes sacó
de su bolsillo un guante , que estampó en la cara de otro , retándolo a duelo , un solitario
caballero apuró en su mesa el café y con exquisitos modales , emprendió camino hacia el
dantesco campo de batalla ; una vez en el , cogió una silla y con señorío se subió en ella .
¡ ¡ ¡ Señores , si me permiten su digna atención , quiero transmitirles mi admiración ¡ ¡ ¡
Aquella figura encaramada a ellos , con sombrero de copa en una mano y blandiendo bo -
tella de bourbon en la otra , paralizó la situación de tal modo , que la atención de todo el
salón se enfocó en él .
No creo que pueda haber mejor y digno final del ágape , que brindar con este magnífico
bourbon , al que tengo el gusto de invitarles .
A continuación se colocó de nuevo el sombrero , chasqueó los dedos y la orquestina co -
menzó a sonar con ritmo colocón .
Bajó de la silla , se recompuso y musitó... , que razón tenía mi abuelo
Arquímedes , minero asturiano , bragado en situaciones complica -
das y gran conocedor de las glorias y miserias del ser humano .