Fue de repente , de frente y de bruces me di con ella , sentí sus pechos 90 é ins-
tintivamente fuí a agarrarme a su cintura de avispa . Una fracción de segundo y
la contemplé ; sobre uno ochenta , melena al viento , facciones suaves y bellos
ojos verdes.
Quise disculparme pero para entonces mis gafas trazaban extrañas formas geo -
métricas en el aire , al tiempo que sentía en mi mejilla derecha (es zurda , pensé)
el impacto de un sonoro bofetón acompañado de un impecable... IMBECIL ; e -
so si , la voz era muy agradable .
Aturdido y desorientado , atiné a recoger las gafas y entre división de opiniones
del público presente , salí disparado cual galgo tras la liebre , saltándome un se-
máforo , toreando dos coches y chocando con el siguiente semáforo .
Exhausto , paré en seco , respire profundamente y miré a mi alrededor... todo en
calma necesitaba serenarme y recobrar fuerzas ; justo a mi derecha había una ca-
fetería y sin pestañear entré .
Tras pasar previamente por el baño y aclararme la cara , tomé asiento en la barra
y sorprendí al barman encargándole un gin-tónic con doble de ginebra ; asintió y
con educada flema británica y discreción dijo... largos y delicados dedos luce el
señor en la mejilla .
Ya más calmado me llevé un cigarrillo a los labios y al punto de prenderle fuego
ocurrió , el momento fue fascinante , entró majestuosa , segura de si misma ,armo-
niosa , planeando con elegancia por detrás de la barra hasta que llegado el momen-
to se posó delicadamente sobre un estante frente a mi ; creo que me sonrió mien -
tras desplegaba con gracia sus alas .
un instante de placer
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